GALACTICA

Era una leve reminiscencia de mi niñez. Antes de que los extraterrestres se comieran ratones y tuvieran a media España frente al televisor, ya pudimos disfrutar de una serie que nos adentraba en el mondongo del universo. La Guerra de las Galaxias acaparó el mercado, como una multinacional implacable y omnipresente, pero Galáctica tenía un pellizco diferente, carisma hogareño.
Y tan leve. Apenas me acordaba de los "Vipers", esos cazas del espacio ágiles y rápidos, al lado de la mastodóntica pesadez de la nave nodriza.
Dirk Benedict, "el guapo" del equipo A, ahora remasterizado por un actor atlético cumplidor, justito. ¡Cuántas partidas a la tragaperras disfrutando con la extraña sensación del hiperespacio! Por cierto, en la serie de 2003, que es la que estoy viendo ahora, lo llaman salto. Debe ser la única vez que el término español se sobrepone a la tiranía del inglés.
Lo de siempre, serie de calidad. Con fondo, forma, trasfondo, trastienda, sentimiento, acción, gotas de filosofía, intriga, sutíl concupiscencia. Muy buena. Aquí, lo de siempre: Los hombres de Paco, Aída, en fin... HBO que estás en los cielos... y por suerte en la televisión, y en Emule. Horas ganadas al tiempo contemplando historias que dejan el sabor latente y tardío de un buen café. Creo que Galáctica no es de esta cadena, pero bien podría haberlo sido. La cara picada del Almirante Adama, el gesto pétreo y su mirada turbia tiene escuela. Este hombre tiene el semblante de los espíritus curtidos en cien mil batallas. Yo estoy por la tercera temporada y sigo disfrutando hoy de los posos de la antigua serie.
Comentarios
Estupendo blog, sigue así.
Veo que te van los temas tecnológicos e informáticos.Te haré alguna visita a ver si aprendo algo. Esos mares desconocidos me imponen respeto y además, estoy un poco "pez" en el tema. Saludos.
'tengo que reconocer que tengo cuentas pendientes con los asuntos que no hice en su momento, que el dia sólo tiene veinticuatro ratos, y que cuando llego a casa, me recibe el nirvana de mi pequeña felicidad...'
o
'...y sin más dilación vuelvo a casa. Me esperan mis libros, mi misión al Casino de las Vegas y mi compañera, lo más importante, con una sonrisa en la boca.',
o mejor áun
'...la boca del Blaupunkt recibió la hostia de una música nueva, rebelde, que conectó las neuronas de una mente jóven al mismo tiempo que se conectaba la "Gibson" de Paul Stanley al amplificador de marras. Fueron años de cinta de cassette y de pirateo en el rastro.'
y me enganché. No te preocupes por mi ciberpetardos y sigue a lo tuyo. Tienes una voz que merece la pena que sigas cultivando.
Un abrazo.