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Mostrando entradas de 2012

Facebook, a veces...

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Conste que un servidor es usuario, más "voyeur" que otra cosa. Hay pocos temas que me interesen. Pero la cuestión es que, creo que este invento de Feisbuc tiene que ser dignificado, como canal de comunicación, intercambio de lo que sea, e incluso, del sano chismorreo. Cualquier actuación, tejemaneje, vicio, costumbre o muletilla que nos arroje a los mugrientos brazos de la vileza merece cercenarse, porque si no, embadurna las meninges con chapapote. Ya bastante tenemos con los telediarios. Tres consecuencias a tener en cuenta para no naufragar en estos Sargazos 1)Envilecimiento. Sin darte cuenta te encuentras inmerso en él. 2)Anhelo exhorbitado por el pasado, otro uso bastante repetido.3)Edulcoración artificial ( buenismo irredento) lo peor de todo. Vamos por partes: Somos libres de reencontrarnos con antediluvianos amigos de la EGB, excompañeros de retrete en el antiguo curro o una vaga reminiscencia de nuestro árbol genealógico, pero, sentemos la cabeza, paremos la endiab

Requiem por el político honrado

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Concédeles el descanso eterno, Señor, y que brille para ellos la luz perpetua.») Introíto. Precisamente por ser una especie en extinción, señor lector, pido árnica para su dolor y descanso eterno cuando dejan su responsabilidad pública. Un político vocacional, un servidor público, alguien que organiza, estructura y da salida a lo que necesitan los ciudadanos es un lujo para los tiempos que vivimos. Haberlos los hay, pero la espesura de la corrupción y la confusión que fomentan los medios de comunicación los mantienen ocultos y casi inéditos. En este país, en el que el reproche, la queja, el llanto y el acomodo constituyen las patas del inconsciente colectivo y colectivizado, vibran en otra onda las palabras serenas, las acciones venturosas, o los gestos limpios y decididos. Leamos estas frases: " Son todos iguales..." "Chorizos, que son todos unos ladrones..." " A picar piedra los ponía yo..." "Con lo bien que viven los hijos de...". Todas nos s

Gárgoris y Habidis

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Vivimos inmersos en la polución urbana. Nadamos entre enormes cantidades de vacuidad. Esta es la razón por la cual hay que agarrarse a pecios que merezcan la pena, que no se descompongan con la fuerza del torrente cotidiano. Son tablas de salvación para el espíritu y las neuronas. Yo os digo qué obra es la que me está salvando últimamente: Gárgoris y Habidis. Facilidad de palabra, verborrea erudita, rigor histórico, búsqueda gnóstica; en definitiva, una buena obra para ocupar tardes de lectura dulce o mañanas de solaz y aptitud serena.Un apunte: El prólogo es de Torrente Ballester. Me refiero al prólogo de la obra en general, da igual la edición o la reimpresión. Ahora, la guinda la pone el autor con las sesenta y pico páginas de primer plato, antes del principal de la obra, con la que nos sentimos regalados en la edición de 2001. Después, la zambullida mística y el recorrido por un país llamado España, y por la historia mágica, etnológica e histórica de sus gentes y de los pueblos. T